Así logré conseguir el reto. Germán Castel
El reto empezaba con la salida de los primeros rayos de sol, a las 6 de la mañana de un sábado 13 de junio.
La primera subida la realicé sin compañía, con una temperatura bastante fresca (1ºC llegó a registrar mi Garmin). A partir de la primera subida en ningún momento del día me faltó compañía, algo que agradezco enormemente y que sin duda ha sido la clave para poder llevar a cabo el reto con garantías.
Además de ser clave como componente psicológico, también estos gregarios infatigables han sido claves en los 3 pinchazos que sufrí a lo largo del reto, ofreciéndome sus ruedas para que no perdiese tiempo y esperando ellos asistencia o reparación por mí. Además de esta ayuda, algo sin duda muy importante en el utrafondo es la periodización de la nutrición y la hidratación. En todo momento he procurado tener controlado lo que tenía que comer y beber, para ello un montón de gente, entre ella mi familia estuvo durante todo el día a mi disposición.
Además las personas que me acompañaban siempre procuraban que yo no tuviese que preocuparme por parar a recoger alimentos ni bebidas, eran ellos los que paraban por mí y me las alcanzaban. En mi plan había pautadas dos paradas, una en medio de la subida 6 para almorzar y otra en medio de la subida 11 para comer. Finalmente decidí adelantar la segunda parada a la subida 10, dejando margen para una tercera parada a merendar en medio de la subida 14, evitando así que se me cerrase el estómago y asegurando acabar el reto con garantías.
En cuanto a la parte física, sabía que sí era capaz de escuchar a mi cuerpo y controlar la intensidad no tendría problemas, por lo tanto procuré que no se escapase ningún detalle que pudiese estar bajo mi control. Las primeras 5 subidas las realicé a la intensidad máxima que tenía pensada, siendo optimista, en ese momento vi que si seguía a esa intensidad podría verme comprometido al final y decidí levantar la intensidad un pelín. En ese momento vi que había encontrado el equilibrio con mi cuerpo entre un ritmo realmente alto y una intensidad a la que podía mantenerme con garantías durante muchas horas. Esta calma y conocimiento de mí mismo me permitió acabar con fuerzas y sin desfallecer, algo que sin duda me ha sorprendido a mí mismo gratamente.
La parte que corresponde al componente psicológico es sin duda la que marca la diferencia. Creo que las circunstancias y la motivación fueron muy propicias (lugar, compañía, apoyos...) y me fue relativamente fácil solventar los momentos de bajón pensando en todo el apoyo y las cosas buenas que me aporta el deporte. Pero sin duda hay que tenerlo visualizado y anteponerse, porque por supuesto hay momentos en los que tienes que echarle el pulso a la cabeza y tener argumentos para ganárselo.
Por último lo más bonito fue el final, en la Plaza de Cantavieja, rodeado de la gente que me ha visto crecer y sobretodo rodeado de niños montados en bicicleta. Poder transmitir algo tan bonito como lo que me regala el deporte y sobre todo a gente joven, que está creciendo y que todavía tiene todo por hacer es y será siempre la victoria más bonita.
Estoy seguro de que este reto va a ayudarme a dar un salto como deportista y espero poder plasmarlo en mis próximos objetivos. Este año ha sido diferente para todos y estamos a la espera de noticias para la reanudación del calendario ciclista Élite-Sub23. Mi objetivo es competir en la Copa de España y en las principales Vueltas del Calendario Nacional con mi equipo, el ULB-Sáfir Fruits. Dándolo todo como siempre por mis compañeros en las pruebas en las que lo necesiten y dándolo todo también por rematar su trabajo en las pruebas en las que lo hagan por mí.
